La Urbanización Masos d'en Blader tiene su origen en el PLAN PARCIAL relativo que fue presentado al Ayuntamiento de Mont-roig del Camp por parte de unos propietarios de fincas rústicas con objeto de transformar la zona en terreno urbanizable y fue aprobado en el año 1975.
En esa época la mayor parte de las urbanizaciones de la costa mediterranea se fueron construyendo incumpliendo la legislación vigente pero con permisividad de los respectivos Ayuntamientos. Éstos no exigieron a los promotores la constitución de la obligatoria Junta de Compensación que exigía la legislación urbanística. Esa Junta debía ser la responsable de urbanizar correctamente, según la normativa vigente y de acuerdo con un proyecto de urbanización, el cual tenía que ser aprobado por el propio Ayuntamiento a quien deberían ceder registralmente los viales y zonas verdes definidos en ese proyecto.
A partir de la correcta ejecución de esos pasos, las nuevas parcelas, ya urbanizables, podían obtener las correspondientes licencias para construir.
Sin embargo, a pesar de no haber aprobado el proyecto de urbanización ni exigido la inscripción en el registro de la Propiedad de las zonas que debían ser públicas, los Ayuntamientos, entre ellos el de Mont-roig del Camp, autorizó todo tipo de construcciones residenciales, generándose una ilegal y anormal situación que perdura en muchas urbanizaciones mal terminadas.
En Mont-roig del Camp se construyeron de este modo 23 urbanizaciones que fueron mayoritariamente utilizadas como segundas residencias en zona de veraneo.
El mantenimiento de esas urbanizaciones deficientemente construidas era, y sigue siendo, una carga económica para las arcas municipales. Para evitarlo, o reducirlo, el Ayuntamiento creó las llamadas Entidades Urbanísticas Colaboradoras de Conservación.
Según la legislación urbanística esas entidades se crean legalmente con el objetivo de "conservar" durante un tiempo determinado las zonas públicas correctamente urbanizadas y previamente cedidas al Ayuntamiento.
Ya se observa que la creación ya fue ilegal puesto que ni las urbanizaciones estaban correctamente realizadas ni los terrenos habían sido cedidos. La primera consecuencia es que los compradores de inmuebles en esas zonas han tenido que pagar el coste de obras que nada tienen que ver con la "conservación" sino que se han tenido que ejecutar obras que no hicieron los promotores y corregir deficiencias de lo que hicieron mal.
Adicionalmente, algunas Entidades de Conservación siguen existiendo, suponiendo una carga económica para los propietarios de inmuebles en su zona de actuación. La duración máxima legal de una Entidad de Conservación es de cinco años a partir de su creación.
La razón por la que siguen existiendo es muy variada pero en todo caso el Ayuntamiento está muy interesado en su persistencia, los propietarios no conocen sus derechos y no se organizan para defenderlos y en algunos casos esas urbanizaciones son manejadas por personas o administradores que obtienen beneficio de la situación.
Esta era la situación de Masos d'en Blader y la Asociación ASPRO MASOS fue creada para acabar con esta irregularidad, liberar a los propietarios de Masos del pago de unas cuotas injustas y obligar al Ayuntamiento a asumir la zona y los servicios como en cualquier otro barrio del pueblo.
Los detalles de esa lucha pueden ser seguidos con detalle visitando la página Web de la extinta Entidad Urbanística
Aquí se puede descargar un fichero en formato Zip que describe en detalle la historia de Masos desde su inicio hasta el año 2014.